Esta edición, la primera verdaderamente panhispánica, ha sido elaborada por las veintidós Academias de la Lengua Española durante ocho años, es "más científica, coherente y exhaustiva" que la de 1999 y nace con la vocación de ser una "Ortografía para todos" y de servir "a la unidad" del idioma.
Incorporaciones polémicas
La presentación a la prensa de esta gran obra de referencia para millones de hispanohablantes, que desde mañana estará a la venta en España y a partir de la próxima semana en Hispanoamérica, con una tirada inicial de 85.000 ejemplares, congregó en la sede de la RAE a académicos de varios países.El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, coordinó el encuentro con los numerosos medios, en el que también intervinieron el director de la Academia Mexicana de la Lengua, José Moreno de Alba; el de la chilena, Alfredo Matus; el de la norteamericana, Gerardo Piña, y el director de la Ortografía, Salvador Gutiérrez.
Algunas de las innovaciones que contenía esta edición se hicieron públicas a principios de noviembre y causaron una gran polémica, entre ellas la decisión de unificar los nombres de las letras del alfabeto y querer llamar "ye" a la "i griega"; "be" a la "be larga", "be alta, "be grande", y "uve" a la "ve corta", "ve chica" o "chiquita", "ve pequeña", entre otros cambios.
Pero, en la redacción final de la Ortografía se ha suavizado la propuesta y ha quedado en una mera "recomendación", que "no implica interferencia en la libertad que tiene cada hablante o cada país de seguir aplicando a las letras los términos que venía usando, algunos de ellos (como la "i griega") con larga tradición de siglos".
Uso de la tilde
Polémica fue también la propuesta de suprimir de forma definitiva la tilde del adverbio "solo" y de los pronombres demostrativos. Los académicos siguen creyendo que no es necesario hacerlo, pero no lo dicen de manera tajante sino con un "a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación", porque "las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo".Sin embargo, los que sí pierden definitivamente el acento gráfico son los monosílabos con diptongo ortográfico, del tipo de "guion", "truhan", "Sion", "Ruan", "hui" o "riais", aunque haya zonas, como sucede en España, donde se pronuncian con hiato y se perciban como bisílabos. La nueva Ortografía dice con claridad que estas palabras "se escribirán siempre sin tilde".
Mayúsculas y minúsculas
Entre las últimas indicaciones también se ha llevado a cabo un capítulo especial referente al uso de las mayúsculas y minúsculas en determinados casos. De esta forma, los títulos nobiliarios y cargos, irán en minúscula, como rey o papa. Pero cuando se refiera a tratamientos, se recomienda indicarlo en minúscula.En el caso de referirse a accidentes geográficos, si se emplea el sustantivo genérico seguido de un adjetivo derivado del topónimo al que dicho accidente corresponde, irán en minúscula (península ibérica).
Los extranjerismos tendrán que ser escritos adaptados al castellano, y en caso contrario se pondrán en cursiva, tal y como se había anunciado.
El resto de indicaciones hechas con anterioridad se mantendrán también, como eliminar la "ch" y "ll" del alfabeto, no tildar la "o" situada entre cifras, y juntar el prefijo "ex" a la palabra que acompañe.
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