miércoles, 3 de noviembre de 2010

                         
                   LA MÚSICA EN LOS CENTROS COMERCIALES
A nuestro alrededor suena música a todas horas. Si no es a través de los cascos de nuestro reproductor de mp3, entonces es en el ascensor, o en el autobús, etc, etc, etc...
Sin embargo, hay un tipo de música, el hilo musical que suena mientras hacemos la compra, que no es tan insignificante como parece. La música que suena en los centros comerciales no sólo es relleno acústico para el silencio. Tampoco está orientada a hacernos más llevadera la estancia mientras compramos, si compañeros, si, los secretos de la música de los centros comerciales tienen fuertes componentes maquiavélicos, porque afectan a la conducta y a las ventas.
En la red, nos hablan de una corporación llamada Muzak que empezó a comercializar bandas sonoras para tiendas y ambientes de trabajo en 1928.
Desde entonces, Muzak se ha sofisticado enormemente tras acabalar toda clase de conocimientos acerca de cómo influye la música en nuestras emociones, conductas de compra, movimientos físicos, velocidad de masticación y capacidad de razonamiento. A día de hoy, pues, Muzak ya ofrece 16 canales musicales diferentes.
La filosofía directriz de la compañía es “vender productividad”.
Los clientes de las tiendas que hacen sonar música Muzak por su hilo musical dedican un 18 % más de tiempo a las compras y realizan un 17 % más de adquisiciones.
Pero no todo lo que encontrado nos dice que sea buena, tanta saturación de música ambiental también está provocando que nos volvamos locos cada vez más insensibles a ella. Su eficacia decae porque se usan en todos los sitios y no ofrece ninguna ventaja sobre la competencia.
La estrategia consiste en hacer que los clientes escuchen la música de forma consciente para que lleguen a asociar determinada banda sonora con una tienda en particular. Con esta estrategia, se acabaron los hilos musicales sutiles.
Con lo cual compañeros, si algún día vais a comprar sin necesidad alguna, como las llamadas compras absurdas, lo mejor será llevarse unos tapones para los oídos y así no caer en la tentación de las bandas sonoras…
Por mi parte en cambio, menos mal que en los super de mi pueblo sólo ponen a todas horas los 40 principales, lo que me hace recorrer los pasillos en un estado de casi ingravidez, de tanto como intento evadirme...por otro lado nada extraño en mí, que veo sin mirar y oigo sin escuchar... 
Un saludo.





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